miércoles, 16 de enero de 2013

Capítulo 28.


Ese bastardo que disparó a Justin, ese que hizo que MI Justin muriera,lo odio sino fuera porque estoy desprotegida iría y le mataría ahí mismo, decido pasar por otra calle ya que no quiero tener problemas. Verlo allí, a ese maldito, me hizo volver a pensar en Justin, en lo engreído que era, en lo cariñoso que se fue convirtiendo, en él.

*Flashback*

-Que haces aquí Justin.-le digo.
-Esperando a Ashley.-me dice mordiéndose el labio otra vez.
-Quieres un autógrafo ?.- le digo después de un rato, no paraba de mirarme.
-Que? Que has dicho.- me dice, creo que estaba ausente, en sus pensamientos.
-Nada,Justin. Deja de mirarme quieres?.-le digo yo casi riendo.
-No te miro, que hace Ash que no sale?.-me dice casi riendo también.
-Si me miras, y Ash es una chica tardamos bastante.-le digo ya riendo.
-Quieres venir conmigo a un lugar?.-me dice de repente.
-No, te recuerdo que sigo estando con Ryan,hoy por tu culpa casi cortamos.-le digo ahora algo más seria.
-Está bien, como tu quieras, pero ya verás que serás como las demás siempre vienen detrás mio.-me dice haciéndose el chulo.

*Fin flashback*

Cuando quiero darme cuenta ya estoy delante de la casa de Justin, no había nadie, normal, pienso. Todos están en su entierro, todos están ahí para ver como él se va, y nunca más volverá. Empiezo, otra vez, a llorar. Odio pensar que él nunca más volverá, que no tendré sus besos y sus caricias. Nadie me sacará esas sonrisas de tonta como lo hacía él, sí es verdad, discutíamos pero él me quería y yo a él. Lo echo de menos. Mucho. Dejo de lado mis pensamientos sobre Justin y entro en la casa, sí tengo llaves, y voy directo a la habitación, empiezo a hacer mis maletas. Al acabar bajo abajo y me encuentro con Laura, ella no me ve, escucho como habla con alguien por teléfono.

-No puedo matarla.Sospecharían demasiado.
-He dicho que no.
-Estúpido a ver si te enteras de que el que disparó fuiste tú no yo.
-Sí, yo maté a ese pero porque estorbaba.
-Vale, de acuerdo, lo harás parecer un accidente.
-Adiós.

Dios mío, mis sospechas eran ciertas, es ella. Corro hacia la habitación y vuelvo a salir haciendo como sino hubiera escuchado nada.

-Hola Laura.
-Hola cielo, ¿como estás?
-Bien, supongo. Lo echo tanto de menos.- empiezo a llorar.
-Lo sé cariño, yo también.
-Laura, me voy a volver al internado.-le digo abrazándola.
-Ah, bien. Podrías avisar tu a los maestros y a la directora o director que hay?
-Sí, lo haré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario