De algo estoy seguro. No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto. Y él menos que ninguno. Él, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de entenderla, de respetarla. Él no se divertirá con esos tiernos caprichos.
domingo, 28 de abril de 2013
Capítulo 3 'The decision'
-No sé, mis padres tampoco están. Me dejaron una nota diciéndome que se van de cena con los nuevos vecinos.
-¿Qué vecinos? No hay nuevos vecinos.
-¿No hay nuevos vecinos? Entonces..
-¿Se habrán ido juntos?
-Puede ser.
-¿Te quedas aquí?.- dice mientras nos dirigimos a la puerta.
-No.. no creo que sea lo más conveniente.- Digo saliendo por la puerta.
-Yo pienso lo mismo.- dice Justin apareciendo delante de nosotros.
-Justin.. ¿qué haces aquí?
-Pues mis padres también han desaparecido y venía verte.- dice sonriéndome.
-Oh..-no sé ni que decirle.
¿Dónde estarán nuestros padres? ¿Por qué han desaparecido así? ¿Les habrá pasado algo malo?
-Otro lugar de Boston-
-Mamá.-grito.
-¿Qué pasa? ¿Por qué gritas?
-¿Dónde está mi móvil?
-Tú sabrás, ¿dónde lo viste por última vez?
-No me acuerdo.
-¿Has comido?
-¿Por qué me cambias de tema? Y no, no he comido.
-Ve a comer, yo buscaré tú móvil.
Me dirijo a la cocina, ¿qué puedo comer? ¿Y si le digo que he comido pero no lo hago? Hmm, no es mala idea. O como y luego vomito. Nah, mejor no comer así no engordo.
Hace ya tres días que no veo a Justin ¿qué estará haciendo? ¿pensará en mi? ¿somos novios o qué somos? ¿me echará tanto de menos como yo a él?
Voy arriba, aviso a mi madre de que ya he comido, mentira, y me conecto a las redes sociales. En twitter tengo seis nuevos seguidores y veinte menciones y en facebook nada. Las menciones son casi todas diciéndome que me recupere. Menos dos que son una de Justin y otra de Ana, mi mejor amiga.
' @stella_ mañana nos veremos S, prepárate para escaparnos'
'@stella_ ¿estás mejor? Voy a ir a verte ésta tarde, sobre las cuatro y media o así'
Son casi las cuatro y media y no estoy vestida, ¡Bien, Stella, bien! Empiezo a vestirme rápido con lo primero que encuentro y en más o menos diez minutos estoy vestida.
¡Toc, toc! La puerta. ¿Ana? No son las cuatro y media. Voy abajo y me encuentro con Justin, herido. ¿Qué habrá pasado?
-Justin, ¿qué ha pasado?
-Yo..S.. ayúdame.
Y cae. Cae al suelo. Yo no hago nada. ¿Por qué no hago nada? Rápido llamo a una ambulancia, mi madre aparece detrás mía y se queda horrorizada. La ambulancia tarda demasiado. Todo pasa muy rápido.
martes, 23 de abril de 2013
Capítulo dos 'The decision'
Él tan guapo y yo tan normal. Debía haberme arreglado más, pero ahora ya es tarde. Viene, oh dios mio, viene hacía mi. ¿Qué hago? ¿Qué demonios debo hacer? ¿Le doy dos besos? ¿Le abrazo? El nerviosismo no deja de subir mientras él cada vez está más cerca. Opto por los dos besos. Aún no somos novios pero presiento que hoy es mi día.
-Hola preciosa.
-Hola Jus.
-Tu madre te ha dejado venir.
-Sí.- Digo sonriendo.
La tarde pasó muy rápido. Ha ido todo perfecto, genial, más bien imposible. Es como si el tiempo se parara cuando estoy con él, todo lo demás ya no me importa, no cuando estoy con él. Las personas a nuestro alrededor desaparecen, los problemas desaparecen, todo. Aunque no seamos novios todo a su lado es mágico, me conformo con tenerlo cerca, por ahora. Creo que me estoy enamorando de él. De su forma de ser cuando está conmigo y cuando no. Lo que me temía, no quería que esto pasara, no quería enamorarme. La que al final sufrirá seré yo, pero tengo que vivir el momento.
Son las nueve menos diez cuando entro en mi casa, no hay nadie. Esto es raro, siempre hay alguien. Grito mamá, pero no contesta nadie así que me dirijo a la cocina dónde encuentro una nota pegada a la nevera. ¿No os suena demasiado a película? Río. Cojo el zumo de naranja y bebo, mi madre seguramente me reñiría por hacer esto, luego me dirijo a mi habitación, un rato por las redes sociales no hará daño a nadie. Subo las escaleras y no se oye nada. Silencio. Más silencio. ¿Por qué no estarán en casa? La nota. Tonta.
"Cassie, nos hemos ido de cena con los nuevos vecinos.
No nos esperes despierta.
Con amor, mamá"
Bien estoy sola, y no sé cuando volverán. La verdad es que estar sola en casa no es tan divertido como parece. Mientras pienso en el día perfecto que he pasado con Justin conecto mi twitter, tres seguidores nuevos y dos menciones. Miro las menciones una de Justin y otra de Susan, mi mejor amiga.
"@cassie_ tendremos que repetir lo de esta tarde, preciosa."
""cassie_ CUENTA, CUENTA, CUENTA."
Me va a dar un paro cardíaco, Justin quiere repetir. Y la loca de Susan desesperada por contarle las cosas, está loca, pero es mi mejor amiga. Ella es pelirroja y yo rubia, ella tiene los ojos verdes y yo color miel, ella es alta y yo de estatura media, ella es animadora y yo no. Diría que ella es la chica perfecta, pero ella no se considera como tal. Tenemos las dos diecisiete aunque parezcamos de menos cuando hacemos de las nuestras.
Dos de la madrugada, aún siguen sin aparecer mis padres. ¿Qué habrá pasado? Espera un momento, no hay vecinos nuevos. ¿Habré leído bien la nota? Bajo a la cocina y vuelvo a leer la nota y sí, lo había leído bien. Salgo a la calle y voy a casa de los vecinos, vive ese amigo de Justin, Carlos. Llamo a la puerta y no responde nadie, es normal. Vuelvo a llamar. Silencio. Pasos. Y ahí está él con solo los pantalones de pijama.
-Yo.. esto.. yo que.. yo..-Tonta, tonta, tonta.
-¿Tú qué? Cassie, pasa. Es peligroso salir de noche.
-¿Has visto a mis padres?
Dos de la madrugada, aún siguen sin aparecer mis padres. ¿Qué habrá pasado? Espera un momento, no hay vecinos nuevos. ¿Habré leído bien la nota? Bajo a la cocina y vuelvo a leer la nota y sí, lo había leído bien. Salgo a la calle y voy a casa de los vecinos, vive ese amigo de Justin, Carlos. Llamo a la puerta y no responde nadie, es normal. Vuelvo a llamar. Silencio. Pasos. Y ahí está él con solo los pantalones de pijama.
-Yo.. esto.. yo que.. yo..-Tonta, tonta, tonta.
-¿Tú qué? Cassie, pasa. Es peligroso salir de noche.
-¿Has visto a mis padres?
viernes, 19 de abril de 2013
'The decision'
-Oh, venga mamá déjame salir con Justin. Anda por favor.
-No, Stella. Ese chico no me gusta para ti.
Salgo de la cocina pegando portazos por donde paso hasta llegar a mi habitación y empiezo a tirar las cosas del escritorio y me tiro a la cama. ¿Cómo es posible que no me deje? Agg, odio estos momentos. Decido darme una ducha para relajarme, una ducha larga. Siempre ayudan. Pasan veinte, treinta, cuarenta minutos desde que me he metido en la ducha, necesitaba pensar mucho. Al salir de la ducha me veo a Justin tendido en mi cama, mi cara al verlo se ha iluminado al instante.
-Justin...-susurro.
-S.- se levanta de mi cama.
-¿Que haces aquí?
-He venido porque tardabas mucho en llegar a la cita..-dice cada vez mas cerca de mi.
-Mi..mi madre.. no.. no me dejaba ir..-no podía hablar de lo cerca que estaba.
-S..te voy a besar.- Y antes de que pudiera decir algo sus labios ya estaban sobre los míos.
Un beso, caricias. Cuando me besa me hace olvidar todo, me hace olvidar mis problemas, me hace olvidar que llevo solo una toalla, me hace olvidar de lo malhumorada que es mi madre.. Todo. Pero todo esto acaba cuando oigo los golpes en la puerta por parte de mi madre, ¿por qué es así? ¿por qué siempre me interrumpe? No digo nada, Justin me sigue besando, hasta que oigo los golpes más fuertes. Decido separarme de Justin y mirarlo, él solo sonreía mientras yo le empujaba hacía el cuarto de baño. Todo pasaba rápido. Mi madre entrando en mi habitación, me gritaba, esta vez no sé porqué. Sus gritos cada vez se oían más lejos y todo se volvía negro. Lo último que veo antes de que todo sea negro es a Justin saliendo del cuarto de baño. Caigo. Caigo en un lugar dónde todo es negro. Sin mamá, sin Justin, sin nada. No sé cuánto tiempo habré pasado dormida, o más bien dicho en coma, pero ahora abro los ojos despacio, no veo nada, aparte de una habitación blanca con cortinas azules y a mi madre dormida en el sofá. ¿Estoy en un hospital? ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Qué me habrá pasado? ¿Por qué estoy aquí? De repente tengo un dolor inmenso de cabeza. Fuera de la habitación veo a Justin que está hablando con el médico y de pronto se giran los dos hacía mí y Justin me ve despierta, se le ilumina la cara. No me puedo creer que me haya enamorado así de él.
-Justin, ¿qué ha pasado? ¿por qué estoy aquí?
-Te desmayaste en tu casa, ¿hace cuánto que no comes S?
-No sé, unos días.
-Pues ahí tienes tu respuesta.
No digo nada. Silencio. Todo lo que había en esa sala era silencio. La verdad es que odio el silencio pero hay veces que lo necesito. Después de media hora o así llega el médico a darme el sermón junto con mi madre, creo que me va a explotar la cabeza si oigo una vez más 'tienes que comer'. Si no he comido es por algo ¿no creen?. En fin, me van a dar el alta hoy y podré irme ya de aquí. Odio los hospitales. Cinco. Diez. Quince. Veinte. Una hora. Dos. Esto se está haciendo eterno ¿por qué no me dan ya el alta?. De repente aparece el médico con su estúpida sonrisa de 'todo está bien' diciéndome que ya me han dado el alta y me puedo ir. ¡Yuuhuuu!
-Otro lugar de Boston.-
-Mamá, voy a salir- digo gritando desde la puerta.
-¿Con quién?
-Con Justin.
-Está bien, Cassie. No llegues muy tarde.
Estoy llegando a la plaza donde he quedado con él, cada vez estoy más nerviosa. Estoy llegando tarde a nuestra primera cita oficial. ¡Bien Cassie, bien!.
martes, 16 de abril de 2013
Un pequeño relato. 'El asesino de Seattle.'
El callejón estaba oscuro, en las calles no había nadie. La hora de queda se había pasado y los guardias estaban por las calles vigilando. Yo tenía que ir a verlo. Él me había llamado, tenía problemas. Estaba ya vestida con el vestido que me regaló por mi cumpleaños y los zapatos de tacón, la gavardina marrón claro y mi sombrero. Salgo de mi apartamento y me dirijo hacía su casa que está a dos callejones de la mía. Siempre hay guardias por estas calles. Sí, por su culpa. Por culpa de él. Del asesino de Seattle.
Me voy a presentar, soy Leah, Leah Scott estudiante de fotografía en la universidad de Seattle, diecinueve años casi veinte. Mi pelo es de un castaño claro y no soy ni muy alta ni muy baja, mis ojos, los adoro, son de un verde azulado. Vivo con mi mejor amiga, Mia Parker, ella es rubia, pero no por eso es tonta. Lo digo porqué algunos se piensan que todas las rubias son tontas, pero ella no lo es. No es alta tampoco baja y sus ojos son de un marrón claro. Somos amigas desde que nos conocimos, aquí en la universidad de Seattle.
Ya estoy en su casa, pero supongo que no hay nadie porqué las luces están apagadas. Llamo a la puerta. Un toque. Dos. Nada. Empiezo a bajar los escalones que hay al principio y noto como alguien me coge del brazo y me giro y ahí está, mi cara se ilumina en un segundo, la suya en cambio no. Me mira serio y me alza para quedar encima de su hombro y me lleva dentro de la casa, en esos momentos mi corazón ha dejado de latir pero al ver que me baja me tranquilizo. Nos miramos mutuamente y él suspira.
-Jason..-digo sonriendo.
-Leah.-dice firme.
Él es Jason. Mi Jason. Jason Scott es mi novio desde que estoy aquí nos conocimos en la universidad él es dos años mayor que yo. Es bastante alto, me pasa dos cabezas y es rubio con unos ojos turquesa que cuando los ves no puedes dejar de mirarlos.
-¿Qué pasa Jason? ¿Y esa cara?-le pregunto.
-No vamos a vernos más. Es demasiado peligroso.-me coge de la mano.-no quiero que nada malo te pase. Te voy a querer por siempre y eso lo sabes. Siempre estaré aquí.- señala mi corazón.- si tu lo quieres.
-Pe..pero ¿porqué?.-pregunto con un nudo en la garganta.
-¿Sabes quién es el asesino de Seattle?
-Por supuesto y también sé que está suelto, ¿ pero qué tiene que ver todo esto con que te deje de ver?
-Me persigue, el asesino de Seattle me persigue.
Mi cara en ese momento era un poema, no quería hacerlo. No lo iba a hacer. No iba a dejar de verle por culpa de ese asesino. Jason y yo estamos destinados a estar juntos. Mientras estoy absorbida en mis pensamientos Jason movía sus manos de arriba abajo para que yo le contestara una pregunta que ni siquiera había escuchado.
-¿Qué decías?.-le digo.
-Que eso será lo mejor, debemos dejar de vernos.
-No, en ningún caso. Yo no pienso dejar de verte por culpa de ese estúpido.
-Leah, tranquila. Solo serán unos días hasta que yo mismo lo atrape.
-Pero..¿y si te pasa algo? ¿Qué haré yo?
-Vas a seguir tu vida y me recordarás como tu primer amor.
-Jason..ya te he dicho que no lo haré.
-Si lo harás o yo mismo voy y te encierro en tu casa y de allí no sales hasta que yo resuelva mis asuntos.
-Pues hazlo. Venga hazlo.-le grito.
-Leah, joder. No grites.-me dice cogiéndose con las manos la cabeza.
-Jason..no me hagas esto por favor.-digo en un susurro casi inaudible.
-No, por favor Leah no llores.
-No voy a llorar. Cuando hayas hecho lo que tienes que hacer vienes a buscarme. Te quiero.- digo depositando un beso en sus labios.
Con la cabeza baja salgo de su casa y camino lento hacía la mía. Me siento rara, como si alguien me estuviera persiguiendo pero cada vez que miro hacía atrás no veo a nadie. No hay nadie. Mi imaginación, pienso. Veo que hay dos guardias delante de mi casa y detrás mía hay alguien lo presiento, decido meterme en un callejón para que así no me vean los guardias pero eso ha sido un terrible error. Horrorizada intento no gritar. Ahí estaba el asesino haciendo su trabajo. Está intentando matar a alguien pero por lo que veo de mi escondite ese alguien tiene más fuerza que él. Esto no me puede estar pasando a mí. ¿Acaso soy un imán para los problemas o qué? Mia. Oh mi dios. Me he olvidado de ella. No tiene llaves ¿y ahora qué hago?
Intento salir y al girarme veo a Jason. Mi Jason lleno de sangre y el asesino tumbado al suelo. ¿Esto qué es?
-Leah..¿qué demonios haces aquí? Te he dicho que te vayas directo a tu casa.-me dice frustrado.
-Es que..he visto a los guardias delante de mi casa y he querido esconderme y..lo siento Jason.
-Tranquila Leah..lo siento. Yo..estaba demasiado preocupado por ti..
-La que está preocupada soy yo..anda ven a mi casa y te curo.-digo señalando la sangre.
No dice nada y me coge de la mano y vamos a mi casa pero veo que esos dos 'guardias' siguen ahí frunzo el ceño al no saber que hacer. Cada vez estamos más cerca y veo que esos no eran guardias sino Mia y Mike, Mike es el novio de Mia desde hace medio año. Es alto, moreno y con los ojos verdes. Mia me mira con cara de enfadada pero al poco rato me abraza. Es como mi hermana. Mike mira a Jason y frunce el ceño al verlo lleno de sangre y yo miro a Jason sin saber que decir.
-Esto..-empiezo a decir pero Jason no me deja terminar.
-Me he caído con mi moto. Y Leah se ha ofrecido a curarme.
-Con que curarte eh.- dice Mia con una sonrisa de esas que dice 'os he pillado, seguro que queréis hacer otras cosas.'
-Mia, creo que debería preguntare qué has hecho tú hasta ahora pero no lo hago porqué seguro que me lo cuentas.
-Cállate.- se sonroja.
Entramos dentro, los cuatro. Jason me coge de la mano y me lleva a mi cuarto. Debo decir que se conoce mejor que yo mi propia casa. ¿Es eso posible? En este caso sí. Sonrío ante mi pensamiento.
-Jason siéntate en la cama voy al baño por el botiquín.
Él hace lo que le digo, se sienta en mi cama con las sabanas rosa, sí rosa, no es que me guste el rosa pero eran las que mejor pegaban con el color de mi habitación. Rosa claro, en mi habitación había un armario y un escritorio donde en este último pongo mi iMac y donde hay una estantería encima con fotos de mi familia, a la cual no veo desde el verano por falta de tiempo, mi hermano, oh como lo echo de menos. Mi hermano se llama Jake y tiene quince años, sí, ya todo un adolescente. Basta de hablar de mi familia.
Mientras pienso en mi hermano avanzo por la habitación hasta llegar a la cama donde se encuentra Jason, abro el botiquín y empiezo a curarle. Se por experiencia propia como escuece el alcohol y por la cara de Jason supongo que le debe escocer mucho.
Después de diez minutos acabo con sus heridas y él pone cara de alivio al ver que el alcohol ya no tocará más su piel. Yo me rió al ver su expresión, él me mira y sonríe.
-¿De qué te ríes?
-Yo no me río.- intento decir sin reírme.
-Sí lo haces.- se levanta de la cama y me coge de la cintura.
-No, no lo hago.-digo en un susurro ya que él estaba cada vez más cerca.
Me empieza a hacer cosquillas al yo cerrar los ojos pensándome que me iba a besar, río aún más fuerte y el me tumba en la cama haciéndome cosquillas.
-Ja..Jas...Jason pa..para..-digo riendo.
-Está bien, pero dame un beso.- le beso.
-Entonces.. ¿podré verte todos los días?
-Sí, claro que puedes ¿Quién ha dicho que no?
-Jason me lo dijiste tú.
-No..no lo hice ¿de qué me estás hablando?
-De cuando estuve en tu casa..tú..¿no eras.. tú?
-Oh Leah..no vuelvas a salir sola por favor. No sé que haría si algo te pasara.
-No lo haré te lo prometo.
Y con esas palabras nos fundimos en un beso que parece que nunca va acabar pero es interrumpido por Mia, como casi siempre. Sí, soy virgen aunque tenga dos años de relación con Jason nunca lo hemos hecho y es por eso por lo que confío en él. Sé que él me ama al igual que yo a él. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo me enamoro de él como lo hice la primera vez. Por él daría mi vida, a él le confiaría mi vida por que ahora si puedo decir que lo amo con todo mi ser. Lo amo a él. Con sus defectos y virtudes, con las bromas que no le salen y las que sí, lo amo cuando es cariñoso y cuando está molesto por algo. Lo amo. Este sentimiento lo sientes solo una vez, aunque muchos digan que es solo la etapa pero no es así, sí ellos tuvieron sus etapas, sus enamoramientos, ellos lo han vivido igual que lo hacemos nosotros ahora. Mia me saca de mis pensamientos gritando que tiene hambre, como no pienso y río en mi interior.
-¿Qué quieres comer?
-No sé tía, una hamburguesa y patatas.
-Oh a mi también me apetecen.- dice Jason.
Mia va a por las hamburguesas y Jason y yo nos quedamos mirándonos como si fuera el último día que nos miraríamos a los ojos. El ruido de la ventana al romperse nos hizo quitar nuestras miradas y yo con temor en los ojos quise ir a ver quién era. Jason no me dejó. Él bajó seguido por mí y ahí lo vi. Era él. Era el asesino de Seattle y era igualito a Jason. ¿Cómo es posible que esto me pase a mí? ¿Fue él el que me dijo que me alejara? Ya no entiendo nada. Me cojo del brazo de Jason con temor de que él no sea mi Jason y miro al asesino y él me mira y ahora sé que al que le estoy cogiendo el brazo no es Jason sino el asesino. Rápidamente le suelto el brazo y voy al lado de Jason, el de verdad.
-¿Por qué has hecho esto? ¿Por qué sois iguales?-digo en un susurro.
-Somos gemelos, lista.-dice el asesino sarcásticamente.
-Vale, y ¿con quién salgo? ¿Con Jason o el asesino?-pregunto.
-Con Jason. Yo ni en cien años saldría contigo-dice el asesino.
-Tranquilo que yo tampoco contigo-digo.
Después de unas horas en las noticias enseñan como arrestaron al asesino, todo lo demás es historia.
Me voy a presentar, soy Leah, Leah Scott estudiante de fotografía en la universidad de Seattle, diecinueve años casi veinte. Mi pelo es de un castaño claro y no soy ni muy alta ni muy baja, mis ojos, los adoro, son de un verde azulado. Vivo con mi mejor amiga, Mia Parker, ella es rubia, pero no por eso es tonta. Lo digo porqué algunos se piensan que todas las rubias son tontas, pero ella no lo es. No es alta tampoco baja y sus ojos son de un marrón claro. Somos amigas desde que nos conocimos, aquí en la universidad de Seattle.
Ya estoy en su casa, pero supongo que no hay nadie porqué las luces están apagadas. Llamo a la puerta. Un toque. Dos. Nada. Empiezo a bajar los escalones que hay al principio y noto como alguien me coge del brazo y me giro y ahí está, mi cara se ilumina en un segundo, la suya en cambio no. Me mira serio y me alza para quedar encima de su hombro y me lleva dentro de la casa, en esos momentos mi corazón ha dejado de latir pero al ver que me baja me tranquilizo. Nos miramos mutuamente y él suspira.
-Jason..-digo sonriendo.
-Leah.-dice firme.
Él es Jason. Mi Jason. Jason Scott es mi novio desde que estoy aquí nos conocimos en la universidad él es dos años mayor que yo. Es bastante alto, me pasa dos cabezas y es rubio con unos ojos turquesa que cuando los ves no puedes dejar de mirarlos.
-¿Qué pasa Jason? ¿Y esa cara?-le pregunto.
-No vamos a vernos más. Es demasiado peligroso.-me coge de la mano.-no quiero que nada malo te pase. Te voy a querer por siempre y eso lo sabes. Siempre estaré aquí.- señala mi corazón.- si tu lo quieres.
-Pe..pero ¿porqué?.-pregunto con un nudo en la garganta.
-¿Sabes quién es el asesino de Seattle?
-Por supuesto y también sé que está suelto, ¿ pero qué tiene que ver todo esto con que te deje de ver?
-Me persigue, el asesino de Seattle me persigue.
Mi cara en ese momento era un poema, no quería hacerlo. No lo iba a hacer. No iba a dejar de verle por culpa de ese asesino. Jason y yo estamos destinados a estar juntos. Mientras estoy absorbida en mis pensamientos Jason movía sus manos de arriba abajo para que yo le contestara una pregunta que ni siquiera había escuchado.
-¿Qué decías?.-le digo.
-Que eso será lo mejor, debemos dejar de vernos.
-No, en ningún caso. Yo no pienso dejar de verte por culpa de ese estúpido.
-Leah, tranquila. Solo serán unos días hasta que yo mismo lo atrape.
-Pero..¿y si te pasa algo? ¿Qué haré yo?
-Vas a seguir tu vida y me recordarás como tu primer amor.
-Jason..ya te he dicho que no lo haré.
-Si lo harás o yo mismo voy y te encierro en tu casa y de allí no sales hasta que yo resuelva mis asuntos.
-Pues hazlo. Venga hazlo.-le grito.
-Leah, joder. No grites.-me dice cogiéndose con las manos la cabeza.
-Jason..no me hagas esto por favor.-digo en un susurro casi inaudible.
-No, por favor Leah no llores.
-No voy a llorar. Cuando hayas hecho lo que tienes que hacer vienes a buscarme. Te quiero.- digo depositando un beso en sus labios.
Con la cabeza baja salgo de su casa y camino lento hacía la mía. Me siento rara, como si alguien me estuviera persiguiendo pero cada vez que miro hacía atrás no veo a nadie. No hay nadie. Mi imaginación, pienso. Veo que hay dos guardias delante de mi casa y detrás mía hay alguien lo presiento, decido meterme en un callejón para que así no me vean los guardias pero eso ha sido un terrible error. Horrorizada intento no gritar. Ahí estaba el asesino haciendo su trabajo. Está intentando matar a alguien pero por lo que veo de mi escondite ese alguien tiene más fuerza que él. Esto no me puede estar pasando a mí. ¿Acaso soy un imán para los problemas o qué? Mia. Oh mi dios. Me he olvidado de ella. No tiene llaves ¿y ahora qué hago?
Intento salir y al girarme veo a Jason. Mi Jason lleno de sangre y el asesino tumbado al suelo. ¿Esto qué es?
-Leah..¿qué demonios haces aquí? Te he dicho que te vayas directo a tu casa.-me dice frustrado.
-Es que..he visto a los guardias delante de mi casa y he querido esconderme y..lo siento Jason.
-Tranquila Leah..lo siento. Yo..estaba demasiado preocupado por ti..
-La que está preocupada soy yo..anda ven a mi casa y te curo.-digo señalando la sangre.
No dice nada y me coge de la mano y vamos a mi casa pero veo que esos dos 'guardias' siguen ahí frunzo el ceño al no saber que hacer. Cada vez estamos más cerca y veo que esos no eran guardias sino Mia y Mike, Mike es el novio de Mia desde hace medio año. Es alto, moreno y con los ojos verdes. Mia me mira con cara de enfadada pero al poco rato me abraza. Es como mi hermana. Mike mira a Jason y frunce el ceño al verlo lleno de sangre y yo miro a Jason sin saber que decir.
-Esto..-empiezo a decir pero Jason no me deja terminar.
-Me he caído con mi moto. Y Leah se ha ofrecido a curarme.
-Con que curarte eh.- dice Mia con una sonrisa de esas que dice 'os he pillado, seguro que queréis hacer otras cosas.'
-Mia, creo que debería preguntare qué has hecho tú hasta ahora pero no lo hago porqué seguro que me lo cuentas.
-Cállate.- se sonroja.
Entramos dentro, los cuatro. Jason me coge de la mano y me lleva a mi cuarto. Debo decir que se conoce mejor que yo mi propia casa. ¿Es eso posible? En este caso sí. Sonrío ante mi pensamiento.
-Jason siéntate en la cama voy al baño por el botiquín.
Él hace lo que le digo, se sienta en mi cama con las sabanas rosa, sí rosa, no es que me guste el rosa pero eran las que mejor pegaban con el color de mi habitación. Rosa claro, en mi habitación había un armario y un escritorio donde en este último pongo mi iMac y donde hay una estantería encima con fotos de mi familia, a la cual no veo desde el verano por falta de tiempo, mi hermano, oh como lo echo de menos. Mi hermano se llama Jake y tiene quince años, sí, ya todo un adolescente. Basta de hablar de mi familia.
Mientras pienso en mi hermano avanzo por la habitación hasta llegar a la cama donde se encuentra Jason, abro el botiquín y empiezo a curarle. Se por experiencia propia como escuece el alcohol y por la cara de Jason supongo que le debe escocer mucho.
Después de diez minutos acabo con sus heridas y él pone cara de alivio al ver que el alcohol ya no tocará más su piel. Yo me rió al ver su expresión, él me mira y sonríe.
-¿De qué te ríes?
-Yo no me río.- intento decir sin reírme.
-Sí lo haces.- se levanta de la cama y me coge de la cintura.
-No, no lo hago.-digo en un susurro ya que él estaba cada vez más cerca.
Me empieza a hacer cosquillas al yo cerrar los ojos pensándome que me iba a besar, río aún más fuerte y el me tumba en la cama haciéndome cosquillas.
-Ja..Jas...Jason pa..para..-digo riendo.
-Está bien, pero dame un beso.- le beso.
-Entonces.. ¿podré verte todos los días?
-Sí, claro que puedes ¿Quién ha dicho que no?
-Jason me lo dijiste tú.
-No..no lo hice ¿de qué me estás hablando?
-De cuando estuve en tu casa..tú..¿no eras.. tú?
-Oh Leah..no vuelvas a salir sola por favor. No sé que haría si algo te pasara.
-No lo haré te lo prometo.
Y con esas palabras nos fundimos en un beso que parece que nunca va acabar pero es interrumpido por Mia, como casi siempre. Sí, soy virgen aunque tenga dos años de relación con Jason nunca lo hemos hecho y es por eso por lo que confío en él. Sé que él me ama al igual que yo a él. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo me enamoro de él como lo hice la primera vez. Por él daría mi vida, a él le confiaría mi vida por que ahora si puedo decir que lo amo con todo mi ser. Lo amo a él. Con sus defectos y virtudes, con las bromas que no le salen y las que sí, lo amo cuando es cariñoso y cuando está molesto por algo. Lo amo. Este sentimiento lo sientes solo una vez, aunque muchos digan que es solo la etapa pero no es así, sí ellos tuvieron sus etapas, sus enamoramientos, ellos lo han vivido igual que lo hacemos nosotros ahora. Mia me saca de mis pensamientos gritando que tiene hambre, como no pienso y río en mi interior.
-¿Qué quieres comer?
-No sé tía, una hamburguesa y patatas.
-Oh a mi también me apetecen.- dice Jason.
Mia va a por las hamburguesas y Jason y yo nos quedamos mirándonos como si fuera el último día que nos miraríamos a los ojos. El ruido de la ventana al romperse nos hizo quitar nuestras miradas y yo con temor en los ojos quise ir a ver quién era. Jason no me dejó. Él bajó seguido por mí y ahí lo vi. Era él. Era el asesino de Seattle y era igualito a Jason. ¿Cómo es posible que esto me pase a mí? ¿Fue él el que me dijo que me alejara? Ya no entiendo nada. Me cojo del brazo de Jason con temor de que él no sea mi Jason y miro al asesino y él me mira y ahora sé que al que le estoy cogiendo el brazo no es Jason sino el asesino. Rápidamente le suelto el brazo y voy al lado de Jason, el de verdad.
-¿Por qué has hecho esto? ¿Por qué sois iguales?-digo en un susurro.
-Somos gemelos, lista.-dice el asesino sarcásticamente.
-Vale, y ¿con quién salgo? ¿Con Jason o el asesino?-pregunto.
-Con Jason. Yo ni en cien años saldría contigo-dice el asesino.
-Tranquilo que yo tampoco contigo-digo.
Después de unas horas en las noticias enseñan como arrestaron al asesino, todo lo demás es historia.
Capítulo 4.
Caitlin me mira y luego mira a Justin, así un buen rato. La cojo de la mano y la llevo dentro de casa mientras tanto Justin ayuda a mi hermano a llevar las maletas. Es raro volver a casa después de tanto tiempo, es raro ver a Justin, es raro poder abrazarle, aunque todo esto me parece demasiado extraño. ¿Por qué ha decidido volver ahora? ¿Por qué no antes? ¿Habrá hecho alguna 'amiguita' mientras estaba por ahí? ¿Dónde habrá estado? Esas preguntas me están atormentando desde que ha vuelto. ¿Debo hablar con él? ¿Y si se enfada? Mientras subimos a mi habitación Caitlin no deja de hablar y yo no me entero de nada, sigo pensando en las estúpidas preguntas que me hago constantemente. Mi habitación sigue igual que antes, aunque me falta la ropa, me la llevé toda al internado. Caitlin me abraza y me susurra un 'lo siento'. Es increíble como ha cambiado todo desde ayer, como todo mi mundo vuelve a tener sentido, como todo lo que estaba mal ahora está bien. Este año será un buen año, lo presiento.
Toda la tardé la pasamos los seis, Caitlin, Alex, Justin, Emily, Chaz y yo. Caitlin me ha contado que lleva saliendo con Chaz desde hace tres meses, y Alex lleva con Emily desde que me fui al internado que conocí a Justin. Son realmente adorables. Nos pasamos la tarde riendo, hasta que el imbécil de Jason apareció. Se creó una tensión muy notable entre él y Justin.
-Justin ¿podemos hablar, amigo?.- Se ha notado bastante que lo de amigo lo dijo sarcásticamente.
-No, Justin no vayas.
-¿Qué pasa gatita? Temes perderlo de nuevo?
-¿De qué hablas, imbécil?
-De nada gatita, ya te enterarás.
-Vamos Justin, tenemos que hablar.
Lo cojo de la mano pero es inservible, se va a hablar con ese imbécil. ¿Qué demonios está pasando? ¿Por qué lo hace?
*Narra Justin*
¿Por qué aquí? ¿Por qué no ha esperado? ¿Por qué demonios le habrá dicho eso? No quiero que ella se entere, me odiará. Esto es un desastre. Le sigo hasta un banco del parque por el cuál pasábamos antes y me siento.
-¿Qué demonios quieres Jason?
-Quiero que te alejes de ella, que la hagas sufrir.
Jason está demente si piensa que haré eso, yo no quiero y no puedo hacerle daño. No ahora, no después de ver lo feliz que es conmigo a su lado.
-No lo haré.
-Tenemos un trato, ¿o ya te has olvidado?
-Sí, lo tenemos, pero eso no quiere decir que vaya a hacerle daño a la única persona que amo.
-No la amas.
Me levanto del banco y voy hacía Hails que me mira con cara de preocupada. ¿Sospechará algo? ¿Me dejará cuando se entere?
*Narra Hailey*
jueves, 4 de abril de 2013
Capítulo 3
*Narra Hailey*
Llevo una hora despierta viendo a Justin dormir, se ve tan pacífico, tan tranquilo. Se ha hecho más guapo, y lleva un peinado diferente, es raro verle así. Es raro verle después de casi dos años, ¿qué habrá hecho en estos dos años? ¿dónde habrá estado? ¿con quién?. Muchas preguntas pero sin respuesta alguna.
Me imagino las caras de mis amigos, de Alex, de mi madre cuando le vean, cuando vean que no está muerto, que sigue aquí, como ya dije yo. Falta un cuarto de hora para aterrizar así que le despierto con un beso a la mejilla y sonríe. Echaba tanto de menos esa sonrisa.
-¿Qué pasa Hails?
-Que vamos a aterrizar.
-Te quiero Hails, no lo olvides.
-Yo también te quiero.
Esto ha sido raro. ¿Por qué me ha dicho esto ahora? ¿Qué le pasa? Ha cambiado, y no solo de aspecto. Su actitud ya no es la misma, él ya no es el mismo.
Ya ha pasado ese cuarto de hora, nos encontramos los dos plantados en medio del aeropuerto buscando a mi madre, pero nada. De pronto noto como alguien me tapa los ojos, ese olor..lo recuerdo. Es Alex. Me giro y le doy un abrazo, detrás suya están Emily y mamá, tan guapas como siempre. Cogemos las maletas y mi madre se para en seco preguntándome que quién es él, cuando ya tiene su respuesta su cara se vuelve blanca y casi se cae al suelo, yo intento tranquilizarla, decirle que todo va a estar bien, que él no estaba muerto, ella por unos minutos duda pero al final cede y se tranquiliza. Estamos en el coche, mamá y Emm están delante Alex, Justin y yo detrás. Justin está en medio de Alex y yo, mientras ellos dos discuten sobre no sé qué partido yo estoy concentrada mirando el paisaje, no ha cambiado nada, pasamos por delante de la casa de Caitlin, ella está en el jardín besándose con Chaz. ¿Con Chaz? ¿Cómo es posible? En fin, ya se lo preguntaré mas tarde. Y ya estamos en casa. Mi casa. Al bajar del coche como vivo a dos casa de la de Caitlin ella me va y corre hacía mi, nos abrazamos como en los viejos tiempos. La extrañaba, de verdad que lo hacía.
-Lo siento.- Decimos las dos a la vez.
-No, tú no tienes porque sentirlo, fue mi culpa.-Dice Caitlin.
-Justin está vivo.-Le suelto.
-Hails sigues con eso..
-Justin.-digo gritando.
Y en ese instante sale Justin del coche, Caitlin se queda paralizada al verlo y yo con cara de 'ya te lo dije'.
-Tu..tu.. tu eres Justin.- Dice tartamudeando.
-Sí, lo soy -le dice Justin.
-Pe..pe..pero tu..tu.. estabas muerto..
-No, no lo estaba.
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Siento si es demasiado corto es que tengo miedo de que no se guarde así que prefiero que leáis algo antes que no leáis nada. Gracias por leer, un beso.
Ramo, una escritora más.
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